Dios en la Tierra: Análisis
“Dios en la Tierra”, cuento de Revueltas, tiene como escenario principal un fenómeno que no es propiamente la ya mencionada Revolución Mexicana, sin embargo sí fue un fenómeno derivado de ahí: La guerra Cristera (1926-1929). Revueltas publica su cuento en el año de 1944, mismo que forma parte de una antología de tres cuentos, en los que hace una denuncia de los crueles episodios vividos en las primeras décadas del S. XX.Nos presenta a habitantes tan obstinados, que los vemos antes muertos que transigir. Hombres transformados a sí mismos por su cerrazón e ignorancia, quienes veneran a una divinidad implacable, aterradora y sorda a la misericordia, tan inanimada como una piedra y con un alma tan seca como la tierra árida de un desierto.
Como toda obra del maestro Revueltas, este cuento entraña una denuncia de la condición humana, cuya crueldad hacia sus semejantes no conoce límites y para la cual encuentra toda clase de justificación y disfraces.
Los verdaderos protagonistas de esta obra resultan ser sentimientos que conducen al extremo a personas que no saben controlarles, comenzando por el odio fanático, seguido por la intolerancia desembocando en una malicia en contra de sus semejantes.
Si ubicamos la trama en un contexto real, se puede destacar a una parte de la jerarquía eclesiástica como solicitante de moderación por parte de los feligreses, sin embargo y como en casi cualquier tema no faltaron las voces de fanáticos que incitaban a la rebeldía en contra del gobierno.
Apreciamos que Revueltas la encausa como una contradicción evidenciándola con la figura de un Dios que por una parte es justo y misericordioso, y por otra, es una figura extremista que juega con sus creyentes sometiéndolos a pruebas constantes, conduciéndoles a su máxima resistencia mortal.
Revueltas lo hace siempre con un vigoroso lenguaje y con una palabra que parece muy común es su trama: odio, con la que transmite al lector una carga de crueldad e incomprensión propias del histórico acontecer. Y cabe hacer mención y resaltar que nunca se hace explícita la ubicación espacio-temporal, Revueltas, como buen expresionista, lo deja a la imaginación del lector.
Aunque en repetidas ocasiones Revueltas expresó que Dios y la religión no constituían para él problemas en sí mismos: "no tengo ninguna actitud en absoluto, puesto que no me interesa el problema, ya que para mí no existe en ningún sentido, ni en el especulativo, ni religioso, ni filosófico, ni científico, ni en otro sentido. Es un problema que me preocupa desde el punto de vista humano, porque Dios existe en el hombre, no existe fuera del hombre. En ese sentido sí me preocupa". En “Dios en la Tierra” representa cada una de sus palabras, siendo que el verdadero mensaje de su obra es evidenciar cómo todas las personas influidas por el odio se convierten en poco menos que una masa que empala los buenos sentimientos del ser humano, el que, una vez sin esos buenos
sentimientos se deja guiar por un fanatismo, no precisamente religioso. He ahí la razón de su mensaje siempre vigente. Nos enfrenta a seres incapaces de satisfacer hasta la más primaria necesidad, tal es el caso de ofrecer agua al sediento, en este caso bajo la premisa de “ser enemigos de Dios”, aunque como ya se mencionó, la ignorancia de algunos hace que cualquier pretexto sea bueno.
Centrándonos en el texto de Revueltas le tocó turno a un aspecto en su mayoría religioso: la Fe, hecho tal que terminó por convertir a un ser excepcional, que no controló sus deseos en poco menos
que un espantapájaros, que es balanceado por el viento, no pasa de balancearse, aunque realmente está clavado a un palo.
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